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Buscando a Las hijas


En 2015 hicimos nuestro primer viaje de investigación a Panamá, buscando locaciones y atmósferas para Las hijas, largometraje de Kattia G. Zúñiga que, sin saberlo en ese momento, filmaríamos seis años más tarde.


Vacaciones de verano. Dos hermanas viajan de Costa Rica a Panamá para buscar a su papá, a quien no ven desde hace más de diez años. En medio de un ambiente efervescente de adolescencia panameña, las chicas tienen que lidiar con roces que surgen entre ellas.


Kattia había escrito una primera versión del guion, así que teníamos una idea general de los espacios que debíamos encontrar. Yo había aterrizado muchas veces en Panamá, pero nunca había puesto un pie afuera de Tocumen. La propuesta era recorrer la ciudad con los ojos de quien la ve por primera vez, aunque alejándonos de la mirada turística e intentando encontrar algún vínculo familiar y cercano, como si la viéramos a través de los ojos de nuestras protagonistas.

En cuanto a color y encuadres, la imagen de la película terminó siendo muy distinta a este primer recorrido visual, pero surgieron de estas imágenes varias pistas que terminaron moldeando la propuesta fotográfica que preparamos para el rodaje.




Encontramos una ciudad de contrastes construida a la orilla del mar, aunque sin una relación directa con este, más que la de propiciar el flujo del canal. Con una línea de rascacielos como telón de fondo y un murmullo constante de grúas moviendo containers. La conservación de la arquitectura y los parques en la antigua colonia estadounidense de la zona del canal, le dan además un aire atemporal a la ciudad.

El sol, el calor y la humedad alimentan una naturaleza desbordante y silvestre, que a su vez da sombra para cubrirse durante el día. Por la tarde, cuando baja un poco el calor, los jovenes salen a la calle y se apoderan de los espacios públicos.

Todas estas sensaciones fueron entrando naturalmente en la aventura punk tropical que retrataríamos en la película.